Mundial de Lucha Libre

Guadalajara.-Sin duda la Lucha Libre en nuestro país es algo más que un deporte-espectáculo y esto se puede precisar en el Festival Mundial de Lucha Libre que se lleva a cabo en esta ciudad y en donde se puede conseguir una máscara de 120 pesos o incluso una profesional por unos 3 mil pesos o un ring de juguete por 120. Hay de todo, hasta joyería con mascaritas.
Pero, bueno, se supone que este País y muchos otros en el mundo están en crisis económica y existe austeridad, y quizás lo que menos se necesita sea una máscara del Dr. Wagner.
"Todo lo contrario. Yo creo que los mexicanos hemos aprendido a enfrentar la crisis con situaciones chuscas como lo es la lucha libre", dice Carlos Lares, propietario de uno de los stands de venta de artículos en el Festival que se lleva a cabo en la explanada de la Plaza de la Liberación de Guadalajara.
"La gente busca este tipo de espacios para olvidarse de las crisis", reitera Lares.
Pero en un evento en el que la entrada para ver las funciones cuesta 700 pesos para la zona de mejor visibilidad y de 120 pesos para la zona general, hay quienes afirman que no se pensó en el aficionado.
"Deberían de pensar en el bolsillo de la gente. A mí se me hacen caros los boletos para el común de la gente", dice un ferviente aficionado de la lucha libre que ha regresado a Guadalajara desde Aspen, Colorado, para pasar sus vacaciones de Navidad. No quiere decir su nombre justificando que así también son los luchadores: no revelan sus identidades.
Lares refuta: "Yo creo que los precios son justos para el cartel que aquí se ofrece".
El viernes, los organizadores decidieron regalar boletos para la función que se logró llenar. Ayer, en la compra de un souvenir, regalaban un boleto y la función también se llenó.
En un mundo de buenos y malos, de técnicos y rudos, en la lucha libre la contradicción resalta, pero eso no importa para la muchacha que no aparenta más de 18 años y que queda exaltada cuando Cibernético, el luchador que distingue su ojo derecho con una pupila en forma de cruz, la voltea a ver para tomarse una fotografía con ella, quien le alcanza a robar un beso para salir disparada de entre el tumulto de gente y presumir su hazaña a sus amigas. Y de repente, las palabras de Lares regresan.